Alguien fue por el sendero de los árboles apurados
y vio en la flor más vulgar,
la simplicidad de la bella naturaleza.
Sintió correr por el mar
pies congelados que escapaban
y lloró ilusiones,
con el débil fin de sentarse a eternizar.
Desgastó su vida sintiendo:
Creyó que las expresiones desbordarían como olas
en cada estrella primaveral.
Hoy monologa con sus pensamientos,
y anhela que en este otoño de hojas rojas,
el hielo queme todas esas inútiles percepciones.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)