domingo, 22 de junio de 2008

Excesos

Alguien fue por el sendero de los árboles apurados
y vio en la flor más vulgar,
la simplicidad de la bella naturaleza.

Sintió correr por el mar
pies congelados que escapaban
y lloró ilusiones,
con el débil fin de sentarse a eternizar.

Desgastó su vida sintiendo:
Creyó que las expresiones desbordarían como olas
en cada estrella primaveral.

Hoy monologa con sus pensamientos,
y anhela que en este otoño de hojas rojas,
el hielo queme todas esas inútiles percepciones.


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1 comentario:

Pancho Ramirez dijo...

los rios y mares nos juzgaran a ambos por no haberlos cruzados para encontrarnos..nuestra defensa seran los vientos testigos inapelables quienes han sido los responsables de fundir nuestras voces por encima de ellos....ahora me quedan solamente 7.999.998 poemas creo que tendre que volver a escribir MUÑECA